CHICHONES Y CHOCOLATE




Un día en clase de Migueluso Limón, todos los niños cuentan chistes de gordos. Todos se mueren de risa. Todos excepto Migueluso. El padre de Migueluso, Juan Limón, es un señor muy gordo, tan gordo como los personajes de los chistes que ese día se contaron en clase.

Por la tarde, Migueluso y Juan Limón van al parque. Allí están los compañeros del niño, que se burlan de su padre. Migueluso se pone muy triste, pero a Juan Limón no le importa que se metan con él. A Juan se le ocurre una idea para alegrar a los niños del parque, que ahora están tristes y llenos de dolores causados por los juegos. Organiza, con la ayuda de su hijo, un picnic e invita a todos los niños a participar en él para acabar con sus penas. Es como si Juan Limón, por ser gordo, se pudiera comer las penas de los demás. Al final, a todos los niños les han desaparecido sus tristezas y dolores. Al día siguiente en clase, Migueluso cuenta un chiste de gordos sobre lo que había hecho su padre la tarde anterior y todos lo aplauden y lo vitorean.


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